sábado, 28 de julio de 2012

Métodos de destrucción de un vampiro

En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro, que según la tradición gitana es el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos —aunque fueran invisibles— y destruirlos.
Hasta principios del siglo XX, unos estuches o «kits» con las herramientas tradicionales para destruir vampiros, eran ofrecidos a los viajeros que iban a visitar Europa del Este en particular. Actualmente, estos equipos son propiedad de ciertos museos de curiosidades o de coleccionistas aficionados a lo esotérico.

Métodos

  • Clavar una estaca en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros. Es el método más citado, particularmente en las culturas eslavas del sur. El fresno era la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca solía clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia. Atravesar la piel del pecho era una manera de «desinflar» al vampiro hinchado. Esto es similar al acto preventivo de enterrar objetos afilados, como hoces o guadañas, junto al cadáver y apuntando hacia él, de forma que cuando el cuerpo se hinchara le penetrase en la piel lo suficiente, para evitar que el no-muerto se levantara del ataúd.
  • La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste. La cabeza se enterraba junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo. Este acto se veía como un modo de acelerar la marcha del alma, debido a que —en algunas culturas— se creía que permanecía en el cuerpo. 
    • La incineración completa del cadáver o del corazón y rociar agua hirviendo sobre la tumba, eran las medidas más acostumbradas en Grecia. También, sobre todo en casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes o se hervían en vino. Los rumanos, eslavos y gitanos utilizaban las cenizas para preparar bebidas que suministraban a los familiares o víctimas a modo de cura.
      • Repetir el funeral, cambiando de lugar la tumba, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo, era una medida propugnada en los Balcanes y especialmente por la Iglesia en Grecia para evitar la incineración, pues esta disminuía la posibilidad de salvación del alma. 
        • Rituales de magia: En Bulgaria se practicaba un ritual consistente en el embotellamiento del vampiro, que según la creencia búlgara es un espectro incorpóreo, a cargo de personas que se dedicaban a ello, usando una botella especialmente preparada que contenía un fragmento de un ícono (estampa de un santo) así como algo del alimento favorito del vampiro que lo atrae irresistiblemente a su interior quedando allí atrapado pues el hechicero la tapa rápidamente con un corcho. La botella, con el vampiro adentro, era arrojada al fuego para destruirlo.

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