domingo, 19 de agosto de 2012

El chupacabras

El término chupacabras es el nombre de un críptido legendario contemporáneo, que se describe como un ser que atacaría a animales de diferentes especies en zonas ganaderas o rurales. El mito tuvo su origen en la isla de Puerto Rico. Se cuenta que existe en México, América Central y América del Sur, en países como Costa Rica, México, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil, Puerto Rico, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile, Uruguay, Venezuela, Paraguay y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.
Representación gráfica de un Chupacabras


La leyenda del Chupacabras comenzó en 1992, cuando dos periódicos de Puerto Rico, El Vocero y El Nuevo Día, comenzaron a divulgar las matanzas de muchos tipos de animales diversos, tales como pájaros, caballos, y cabras. En aquel momento era conocido como "El Vampiro de Moca", puesto que algunas de las primeras matanzas ocurrieron en la pequeña ciudad de Moca. Mientras que al principio se sospechó que las matanzas fueron hechas aleatoriamente por algunos miembros de un culto satánico, eventualmente estas matanzas se comenzaron a dar alrededor de la isla, y muchas granjas divulgaron pérdidas de vida animal. Las matanzas tenían un patrón en común: cada uno de los animales encontrados muertos tenían uno o dos agujeros pinchados alrededor de sus cuellos.
Algunos supuestos testigos reportaron avistar una figura pequeña color verde oscuro, alrededor de las áreas de las matanzas, dando a los reporteros y la policía, la sensación de que los chupacabras podían, en hecho, ser una figura extraterrestre; comenzando de esta forma la idea popular de que se trataría de una entidad alienígena.
Poco después de darse a conocer mundialmente las muertes animales en Puerto Rico, otras muertes animales comenzaron a ser reportadas en otros países, tales como República Dominicana, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, El Salvador, los Estados Unidos, más notablemente en México. En Puerto Rico y México, El Chupacabras ganó estatus de leyenda urbana. Las historias del Chupacabras comenzaron a ser lanzadas varias veces en los noticieros norteamericanos e hispanos a través de los Estados Unidos, y se generaron productos comerciales del chupacabras, por ejemplo: camisetas y gorras de béisbol.
En donde más auge tuvo este fenómeno y leyenda fue en México, o al menos en el norte del país, fue en el municipio de El Álamo, en el estado de Nuevo León, ya que ahí se reportaron muchos animales muertos, en su mayoría cabras, a supuesta causa del chupacabras.
Explicaciones sobrenaturales a favor:
Todos los supuestos testigos del fenómeno afirman que sus ojos tienen la capacidad de hipnotizar y de paralizar a sus presas para aturdirlas mentalmente. Esto permitiría que el chupacabras succione la sangre del animal en su letargia. El efecto es similar a una serpiente o a una araña que paraliza a su presa con veneno.
Otra visión; si los responsables son seres humanos, aún no se ha logrado identificar el instrumento quirúrgico utilizado en los ataques, esto hace que los partidarios de su existencia indiquen que habría que descartar la posibilidad de que el responsable directo sea el hombre, como tampoco otro depredador perteneciente a la fauna silvestre; ya que se dice que las incisiones, que supuestamente serían entre células; seria algo que nada conocido puede realizar.
Explicaciones naturales en contra
Las muertes animales pueden ser fácilmente producidas por adoradores religiosos o individuos que presentan enfermedades mentales.
El fenómeno del chupacabras es producto de histeria colectiva, mientras que otros piensan que esta es una pobre explicación sobre las muertes de animales que resultan de ataques inexplicables.
Los ataques a animales pequeños presentan bastante características que corresponderían a ataques de animales como los ratones hocicudos.
Ningún estudio científico serio ha probado la total falta de sangre de los animales muertos. El pelo que ha sido recogido en lugares de supuestos ataques, y que ha sido sometido a pruebas de ADN (además de huellas identificadas cerca de las áreas de ataque de animales), indican que el ataque se llevó a cabo por animales, siendo en la mayoría de los casos ataques por perros. De hecho, en Puerto Rico, donde se originó el fenómeno en 1992, los investigadores Edwin Veláquez (zoólogo), Andrew Álvarez (antropólogo) y Gustavo Adolfo Rodríguez (ecólogo), ofrecieron públicamente a finales de la década de los '90 una recompensa de US $15,000 dólares a la persona que les sometiera algún tipo de evidencia física como pelos, saliva, excremento, etc., recogida en algún lugar de Puerto Rico donde hubiese ocurrido un supuesto ataque, y que, luego de ser examinada bajo el rigor de pruebas de ADN, se concluyera que el depredador causante de las muertes era una criatura desconocida para la ciencia. Nunca se sometió la evidencia requerida y la recompensa tampoco se reclamó. En Chile tras una investigación se demostró que, a pesar de todas las opiniones y versiones de personas "expertas" en el tema, las evidencias apuntaban claramente a perros vagos,3 sin que existiera el menor indicio o prueba de algo sobrenatural. También se demostró que algunos de los ataques tenían origen humano o por lo menos con objeto punzante.



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