miércoles, 25 de julio de 2012

El origen de los Hombres Lobo

El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de «hombres bestia». Todas las características típicas de aquel animal - como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Según las creencias populares, este hombre lobo puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena.

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales, aunque algunas clásicas dicen que se puede matar cortándole la cabeza y arrancándole el corazón. Como dato adicional, en versiones modernas, se agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo.
Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo. Puede que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad misma, originada como explicación de diversas patologías.


El mito de los hombres lobo parece (o es) originario de Europa, y estaba muy vinculado con otras supersticiones y la magia negra. El mito es esencialmente masculino y, entre las causas de que un ser humano se convirtiera en hombre lobo, las más frecuentes eran las siguientes:
  •  Ingerir ciertas plantas vinculadas tradicionalmente con los lobos y la magia negra.
  • Beber en el mismo lugar donde lo hubiera hecho un lobo.
  • Cubrirse con la piel de un lobo.
  • Dormir desnudo a la luz de la luna llena.
  • Usar una prenda hecha de piel de lobo.
  • Adquirir la capacidad de transformarse en lobo mediante magia y sortilegios.
  • Ser el séptimo hijo varón de una familia y no ser bautizado.
  • Ser mordido por otro Hombre Lobo (ésta última forma era la más común)
  • Nacer después de mellizos o gemelos siendo hijo varón.
Según la tradición, la mayoría de los hombres lobo no se transforman en tales voluntariamente (sólo los magos y los hombres lobos auténticos, es decir, no malditos, pueden hacerlo); son víctimas de una maldición, y sufren enormemente a la hora de su metamorfosis. Lo que es peor, al transformarse pierden completamente la conciencia humana y se vuelven peligrosos, incluso para sus seres queridos. La única manera de librar a un hombre lobo de su maldición es dándole muerte, lo cual no es nada fácil; debe hacerse con un instrumento de plata, ya sea un bastón, un cuchillo o una bala, aunque en algunas zonas de la península Ibérica hay un ritual consistente en cortarle la cabeza y arrancarle el corazón.
Un hombre lobo es un hombre completamente normal la mayor parte del tiempo, y se comporta de manera natural, aunque un poco velludo, y con los sentidos más desarrollados (especialmente el olfato), además de estar en buen estado de salud y forma física.
No es sino durante la noche de Luna Llena cuando se transforma, pues la luz de este astro es la que controla sus transformaciones. Aunque varía según las versiones, el aspecto de un Hombre Lobo transformado puede ir desde un Lobo auténtico aunque más grande de lo normal, hasta un humanoide peludo y con colmillos que va en busca de carne humana.

Según la leyenda, el primer hombre lobo reconocido fue Licaón, rey de Arcadia, Grecia. En la mitología griega, Licaón era un rey sabio y culto y una persona muy religiosa que había sacado a su pueblo de las condiciones salvajes en que vivían originariamente. No obstante, parece que él mismo continuó siendo un salvaje, pues a pesar de todo siguió sacrificando seres humanos en honor a Zeus, e incluso se dijo que asesinaba a todo forastero que llegara a su reino pidiendo hospitalidad.
Al enterarse, el dios Zeus quiso comprobar los rumores y se disfrazó de vagabundo para hacer una visita a Licaón. Este inmediatamente pensó en matar a su visitante, pero se enteró a tiempo de que se trataba de Zeus y lo invitó a participar en un suntuoso banquete. Todo habría salido bien de no ser porque Licaón no pudo resistir la tentación de jugar una horrible broma al rey del Olimpo; ordenó que le sirvieran la carne de un niño (presuntamente un hijo suyo).
Zeus se dio cuenta, por supuesto, y, encolerizado, condeno a Licaón a convertirse en lobo, y a que todos sus descendientes serían también hombres lobo. Hoy se conoce como licaón al perro salvaje africano, un pariente de los lobos.
  Teorías de su origen:

Se ha propuesto una teoría reciente para explicar los episodios de hombres lobo en Europa durante los siglos XVIII y XIX. El cornezuelo, cuya ingestión causa envenenamiento, es un hongo que crece en los lugares donde se cultiva centeno en temporadas húmedas, después de inviernos muy fríos. El envenenamiento por cornezuelo normalmente afecta pueblos completos o por lo menos las áreas pobres de los pueblos, provocando alucinaciones, histeria colectiva y paranoia, así también como convulsiones y en algunas ocasiones la muerte (el LSD se deriva del cornezuelo). El envenenamiento por consumo de cornezuelo se ha propuesto como causa de los individuos que creían ser un hombre lobo, o de todo un pueblo que creyó haber visto a un hombre lobo.
Como la mayoría de los intentos de usar la ciencia moderna para explicar creencias religiosas y folklore, esta teoría es controvertida e insatisfactoria. Por ejemplo, no explica por qué los brotes de histeria sobre brujería y las leyendas de transformaciones en animales que existen alrededor del mundo, incluyendo en lugares donde no hay cornezuelo del centeno. La histeria y la superstición han existido a través del mundo por toda la historia registrada, y, generalmente hablando, el envenenamiento por consumo de hongos no es la razón de todos estos acontecimientos.
Similarmente, algunos investigadores modernos han intentado utilizar condiciones tales como rabia, hipertricosis (crecimiento excesivo del pelo sobre el cuerpo entero) o porphyria (un desorden enzimático con síntomas que incluyen alucinaciones y paranoia) como explicación para la creencia del hombre lobo, aunque los síntomas de esas dolencias no emparejan completamente con el folclore o la evidencia de los episodios de histeria colectiva.
También existe un raro desorden mental llamado Licantropía clínica, en la que la persona afectada tiene una ilusoria creencia de que él o ella se está transformando en otro animal, aunque no siempre es un lobo o un hombre-lobo.
Otros creen que las leyendas de hombre-lobo nacieron como parte del chamanismo y tótems, animales en las culturas primitivas basadas en la naturaleza. El término «teriantropía» ha sido adoptado para describir un concepto espiritual en el que el individuo cree que él o ella tienen el espíritu o alma, en su totalidad o en parte, de un animal no-humano.
Bíblicamente hablando, no se conocen referencias.



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